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  • Foto del escritorDavid Placer

Olga, Catia y el pote de pintura

El mundo acaba de conocer esta semana a Olga Suckenko y al colectivo La Piedrita.


Olga Suckenko, alcaldesa de Motyzhyn, una pequeña localidad ucraniana al este de Kiev, apareció asesinada este lunes, con las manos atadas junto con su esposo y su hijo. La alcaldesa fue secuestrada por los militares rusos que le exigían cooperar con la invasión. A lo que Olga se negó.


El mismo día en que el mundo se horrorizaba con el asesinato de Olga Suckenko (foto 1), Catia, un barriada popular y pobre de Caracas, amanecía con un mural en homenaje al carnicero. Y una agencia de noticias, AFP, difundió la imagen de Putin y Chávez (foto 2) que fue reproducida por los medios internacionales.




Un “colectivo” (grupos de intimidación y amedrentamiento financiados por el chavismo) explicaba por qué pintaban el rostro del asesino de Olga, con el slogan “Venceremos”. Dicen que Putin es bueno porque apoya a la “revolución bolivariana” en contra de las sanciones de EEUU. No hay más discurso. El libreto aprendido sólo ocupa una línea.


El asesino más repudiado por Occidente es exaltado en una barriada caraqueña donde nadie habla ruso pero todos pagan en dólares. Un barrio donde opera un grupo de chavistas a sueldo llamado “colectivo La Piedrita”, que se presenta en una cancha recién pintada.


A casi 10.000 kilómetros de esa barriada, una alcaldesa ucraniana prefirió la muerte antes que traicionar a sus vecinos, que cocinan con leña por la falta de luz y derriten la nieve por falta de agua.


Muy probablemente ninguna causa, por más justa que sea, valga una vida, pero algún día la opción de vida de Olga Suckenko agrietará la capa de pintura de esa cancha de Catia donde un grupo de decidió vivir de las migajas de una tiranía, para tener una bolsa de comida.


En Motyzhyn y en Catia se ha puesto precio a la libertad. En Motyzhyn se ha fijado el más alto posible: la vida misma. La vida de todos. Por eso decidieron ser libres. ¿Y en Catia? ¿Cuánto cuestan los principios y la libertad? Un pote de pintura barata.

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